Moschino reinterpreta el traje para hombre en versión SM
En la invitación en línea aparecía la imagen de un
imperdible. En cuanto al papel de la invitación, tenía la forma de una vieja
cinta VHS... Con esas pistas, estaba claro que iba a tratarse de un desfile
especial, en línea con la creatividad subversiva del fundador de la marca,
Franco Moschino, reinterpretada de forma perfecta por Jeremy Scott desde 2014.
Para la colección masculina otoño/invierno 2018-19,
presentada el sábado en Milán junto a la pre-colección femenina, el director
artístico de Moschino ha imaginado el encuentro explosivo entre el hombre de
mundo y sus inmutables códigos de vestuario y su lado más oscuro, con claras
alusiones al universo bondage y SM.
Así, el traje de banquero se parte en dos, los hombros
quedan al aire, a veces toda la parte de arriba, y se sujeta con tirantes o
correas de color negro. Los clásicos abrigos de lana de color gris o las
americanas tipo smoking se cubren de notas, cada una con una palabra del género
"Bone", "Boy", "Hot", etc., prendidas directamente
a la prenda con un imperdible. ¡Un toque punk asegurado!
Un chaleco de damasco burdeos se incrusta en un abrigo
negro, el impermeable se lleva con las piernas al aire (¡pero con botas!), un
abrigo de lana de color óxido se recubre de cristales en la espalda, otro, de
tweed, se adorna con plumas.
El hombre lleva corbata de riguroso cuero negro, pero los
accesorios SM están por todas partes, de cuero o de látex: máscaras, gorras,
botas de motero. Sin olvidar los guantes largos y los corsés, además de los
collares de perro. Las mujeres, por su parte, lucen estilismos hipersexys y
botas interminables con cordones.
Jeremy Scott se divierte mucho con la idea de arrastrar
("drag" en inglés). Muchos abrigos arrastran colas desmesuradas por
el suelo y alcanzan formas casi surrealistas: un guante gigante por aquí , la
parte posterior del abrigo con sus dos mangas agarrándose del suelo por allá...
Más tarde, el hombre se aparece con un albornoz de velo transparente de color
negro y tul.
Por último, las colas de dos chaquetas forman una sola,
conectando para siempre y de por vida al hombre y la mujer que las llevan como
gemelos.
corresponsal colombia
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