Tom Ford prendió fuego a la velada con un espectáculo magnético.
En la prestigiosa marca de lujo estadounidense, la pasarela se transformó instantáneamente en un espectáculo de alfombra roja con la llegada de una gran cantidad de estrellas de Hollywood, entre ellas Sharon Stone y Uma Thurman, entremezcladas con las supermodelos Amber Valletta y Adut Akech Bior. Envuelto en oscuridad, el lugar del espectáculo, con su extensa pista y filas de gradas flanqueantes cubiertas con alfombras luminosas y mármol, irradiaba el ambiente de un exclusivo club nocturno de Nueva York.
Peter Hawkings, que sucedió a Tom Ford en julio de 2023, ofreció un segundo espectáculo vibrante y enérgico, que catapultó al público a los extravagantes años 80 y 90, reimaginados a través de una lente contemporánea teñida de un toque de encanto seductor. La atmósfera evocaba una fusión de Wall Street de Oliver Stone y Bright Lights, Big City de James Bridges, combinando el guardarropa perfecto para mujeres de negocios poderosas con el atuendo ideal para la jet-set.
Siempre tan elegante, la mujer Tom Ford por excelencia camina tanto en verano como en invierno con sandalias de tacón de aguja, ya sea envuelta en suntuosos abrigos de piel y chaquetones azul marino adornados con botones dorados o glamorosos vestidos de noche. Como mujer trabajadora segura de sí misma, su guardarropa contaba con una impresionante variedad de trajes de tres piezas con chaquetas de solapa ancha, junto con conjuntos más sexys con trajes de minifalda o conjuntos microcortos.
Tiene afinidad por el cuero, sentimiento del que se hizo eco su homólogo masculino, a quien Peter Hawkings presentó en la pasarela por primera vez el jueves por la noche. Los abrigos, particularmente de piel de cordero, vinilo o cocodrilo, junto con pantalones ajustados y corpiños, se pegaban a su cuerpo como una segunda piel. El negro le sentaba espléndidamente, especialmente cuando se envolvía en opulentas creaciones de terciopelo, realzadas por gruesas pulseras y collares dorados, o conjuntos de malla más provocativos.
Mientras tanto, en MM6, el mismo fervor impregnaba el aire, aunque proyectado hacia un ámbito más contemporáneo, casi futurista. Vestidas con conjuntos negros aparentemente interminables o botas doradas hasta los muslos, abrazando sus piernas hasta los muslos, las modelos exudaban el encanto de Catwoman, con la mirada velada detrás de gafas de sol de gran tamaño negras o rojas.
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