sábado, 20 de septiembre de 2025

Carolina Herrera homenajea al Madrid tradicional con diseños para la mujer global

 

Carolina Herrera homenajea al Madrid tradicional con diseños para la mujer global



La modelo española Miriam Sánchez inauguró este jueves en la Plaza Mayor de Madrid el desfile de primavera 2026 de Carolina Herrera , una presentación con la que Wes Gordon , director creativo de la marca, quiso escribir una carta de amor a la ciudad, a la que describió como un lugar de marcados contrastes, carácter y gran belleza.

 

Fue la primera vez que la marca presentó una colección principal fuera de Nueva York y la tercera presentación internacional, tras Río de Janeiro y México, en sus 44 años de historia.

 

Los vínculos de la fundadora de la marca, Carolina Herrera , y su familia con España —especialmente su hija, Carolina Adriana, que reside allí con sus hijos— fueron decisivos en la decisión de celebrar este desfile en el corazón del Madrid de los Austrias, sin olvidar que la marca forma parte del grupo español Puig .

 

La plaza ha acogido de todo, desde celebraciones populares hasta coronaciones, corridas de toros y beatificaciones, pero nunca, hasta ahora, un desfile, que atraía a curiosos y turistas que se instalaban en las terrazas de los cafés de la plaza para disfrutar de una pasarela de lujo con vistas en primera fila.

 

Otros aparecían en balcones, buhardillas e incluso azoteas, y muchos se apretujaban contra las barreras que rodeaban la zona acordonada.

 

Fue un lugar que enamoró a Gordon, transformado por pérgolas de color rosa pálido, donde los invitados se sentaban y cantaban alegremente al ritmo de la banda sonora española que acompañaba el desfile.

 

Modelos españolas internacionales, como Esther Cañadas, Blanca Padilla y Maika Merino, desfilaron por una pasarela de más de un kilómetro de longitud, con diseños que capturaban la esencia de Madrid y la fina artesanía, concebidos para una mujer global.


"Madrid siempre ha sido una de mis ciudades favoritas del mundo, rica en historia, arte y cultura", afirmó la diseñadora, quien se inspiró en el ritmo de la ciudad, su entusiasmo por la vida y su energía que "conecta profundamente con la mujer Herrera".

 




La colección rinde homenaje a mujeres como Paloma Picasso y Cayetana Fitz-James Stuart, Duquesa de Alba , figuras que, para la diseñadora, encarnan el dramatismo y la modernidad.

 

Las modelos recorrieron la zona central de la plaza, luciendo looks que incorporaban tres motivos florales emblemáticos de Madrid: el clavel, plasmado en bordados y jacquards; la violeta, un guiño a los dulces típicos de la ciudad con bordados tridimensionales; y la rosa del Retiro, cultivada en la histórica rosaleda del parque.

 

Gordon buscó plasmar en la tela la paleta de los cielos de Goya y la intensidad cromática de las películas de Almodóvar, jugando con tonos azafrán que ascienden al rojo Herrera antes de profundizar en el burdeos. El rosa eléctrico de los resplandecientes atardeceres madrileños; el lila violeta; el blanco puro; y el negro, como en el espectacular vestido que abrió el desfile.

 

Las referencias taurinas aparecieron en siluetas con volúmenes a la cadera que evocaban la montera de un torero, así como en pantalones ajustados que recordaban a los calzones goyescos.

 

Gordon también hizo un guiño al Madrid más tradicional con mangas inspiradas en los vestidos de chulapa —hombros marcados, cinturas ceñidas y faldas con volantes— reinterpretadas a través de la lente de Herrera.

 

La colección fue una auténtica oda a la ciudad también en sus texturas: lana a cuadros que evocaba los adoquines de la Plaza Mayor; encajes vaporosos que recordaban a las mantillas que se vendían en las tiendas de la plaza; y bordados de celosía de lúrex que evocaban las rejas de sus escaparates.

 

La marca se mantuvo fiel a su pasión por los lunares —un código muy personal en cada colección— con vestidos con volantes definidos por líneas esculturales.

 

Como en otras ocasiones en las que Carolina Herrera ha presentado sus diseños fuera de Nueva York, la casa ha enriquecido su oferta con colaboraciones especiales con artesanos locales, que en este caso destacaron la artesanía española.

 

Tal fue el caso de Sybilla , quien aportó su sensibilidad vanguardista a tres vestidos que encajaban con el ADN de Carolina Herrera, inspirándose en su "hilo invisible" personal y su singular enfoque en el patronaje.

 

Palomo reinterpretó la icónica camisa blanca de la marca, añadiendo cuellos con volantes y guiños a la sastrería vintage, fusionando su romanticismo con las líneas limpias de la casa.

 

Capas Seseña, un clásico de la historia de Madrid, fundada en 1901, rindió homenaje al dandismo y al estilo de Reinaldo Herrera, esposo de Carolina, fallecido en marzo de este año, con una prenda que a la pareja siempre le encantó lucir.

 

Andrés Gallardo, maestro de la joyería de porcelana, elaboró ​​broches, aretes y colgantes inspirados en el clavel, la flor emblemática de San Isidro, con predominio de las perlas. Por su parte, la firma Levens, especializada en joyería de vidrio con formas orgánicas, adornó varios looks con pétalos y gotas de agua.

 

La jornada concluyó con una fiesta en la que la marca presentó su nueva fragancia, La Bomba, con la modelo Vittoria Ceretti.


Foto-periodista:GONZALO ESGUERRA P.

corresponsal Colombia

sígueme en:
Nuevo Twitter:@gonzaloCnncol (cuenta suspendida)
Nuevo INSTAGRAM: gonzaloesguerra_photography

No hay comentarios:

Publicar un comentario