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jueves, 4 de mayo de 2017

Los nuevos pintores colombianos, que están renovando el arte. Guillermo Romero y los colores como forma de vida

Los nuevos pintores colombianos, que están renovando el arte.


Guillermo Romero y los colores como forma de vida

Ayer. Enrique Grau, Fernando Botero, Alejandro Obregón fueron algunos nombres que se convirtieron en referentes del arte colombiano, pintores quienes dibujaron con sus pinceles, la realidad de un país convulsionado, pero lleno de cultura. Hoy. Una raza de nuevos artistas está llenando de color sus caballetes para continuar este legado. Es el caso de Guillermo Romero quien abandonó su carrera en la odontología, para internarse en su taller y producir piezas que toquen el alma de su público.

Entrar al taller del artista bogotano  es como sumergirse en una pintura aún sin terminar. Los colores y las ideas navegan sin tiempo, ni espacio.  En este lugar, conviven obras con las que  Guillermo Romero espera que la gente se conecte y olvide sus problemas. “Yo creo que el arte es un proceso tan íntimo, tan interno,  que lo único que puede salir de allí es una sanación del Ser “

Para el artista el proceso creativo es un encuentro con el universo,  desde lo más profundo del alma, donde se encuentra toda la potencialidad del mundo, por eso, sus obras tienen unos parámetros máximos de  honestidad consigo mismo y desde  allí, se convierten en un elemento de sanación.

 


Su técnica

Romero es autodidacta. Todo lo ha aprendido a través de la observación y el descubrimiento. Romero es rebelde. No quiso utilizar el clásico pincel para  expresar lo que sentía,  lo hizo con la espátula porque para él, este elemento le deja mostrar lo que siente a través de texturas y la transparencia de color.

Caballos con una fuerza insospechada, mariposas delicadas, árboles salvajes,  naturaleza viva con solo trazos y colores hacen que la obra del artista llegue a la retina del espectador, como un lienzo donde se relatan sentimientos, paz y armonía. “ Me ha sorprendido que el público que ve mi obra, me diga que se tranquilizaron  o que les cambié la vida y, es que el arte, cambia vidas”.

Él ha pintado desde que era un niño, pero por cosas del destino y de la sociedad pensó que su camino era distinto; sin embargo, la vocación llama a la puerta muchas veces, hasta que esta se abre. Eso lo  entendió el maestro Romero.  “Solamente cuando tuve la fuerza y el impulso interior venciendo muchos miedos logré desbloquearme  y desarrollar este proceso creativo maravilloso”

 



Este es el primer capítulo de los nuevos pintores que están escribiendo la historia contemporánea del arte colombiano.



Foto-periodista:GONZALO ESGUERRA P.

corresponsal colombia
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