Alta costura
Gaultier de Julien Dossena: modo multiarrondissement
La alta costura
Gaultier de Julien Dossena es la última entrega de una interpretación novedosa
del proyecto original en curso de esta casa en el que un destacado diseñador
prepara cada temporada una colección con el espíritu del fundador.
Hubo un tiempo en que
Gaultier era el 'Enfant Terrible' de París, ahora es un verdadero miembro del
establecimiento, aunque con un legado de moda que siempre sorprenderá. Esta
colección no sorprendió.
Gaultier era conocido
por su ingeniosa terminología de espectáculos, y Dossena continuó con esa idea,
con un programa que le dio a los 33 looks el nombre de un barrio, un bar o un
club de moda en París.
Desde la inauguración,
cuando Natalia Vodianova desfiló con uniforme militar dorado, como Michel Ney
recibiendo una medalla. Su título – École Militaire, bien sur.
El moderno barrio
Goutte d'Or de la capital generó un cóctel de metal dorado líquido terminado
con flores de tela; mientras que el Parc de Sceaux se transformó en un juego
sobre el término Garde de Sceaux, que significa el Ministro de Justicia, con
fantásticos trajes de pantalón con rayas de tiza con bolsillos en ángulo,
dobladillos diagonales y pantalones gigantes.
Y la versión de Julien
del amor por el tartán del anglófilo Gaultier, como su vestido de cuadros
escoceses bordado con perlas, fue un placer para la vista.
A veces, se filtraba
demasiado del trabajo diario de Dossena en la casa de Rabanne a la colección,
con una dependencia excesiva de las cadenas de metal. Uno no podía dejar de
olvidar que Rabanne y Gaultier son propiedad de la familia Puig de Barcelona.
El amor de Jean-Paul
por la flexión de género también estuvo a la vista, con una elegante pareja con
un vestido doble. La chica en un cóctel de malla plateada, con una cola tan
larga que su novio lacayo necesitaba llevarla doblada en sus brazos. Tanto
tiempo que el tren terminó como las colas del frack del chico.
Madonna
inevitablemente consiguió un vistazo, gracias a varios sujetadores cónicos.
Pero en cierto punto, la colección y el concepto comenzaron a sentirse como un
gran truco. Un ejercicio de estilo que fue tanto una broma interna cliché como
una alegre celebración de la moda.
¿Quizás este concepto ha
seguido su curso?
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