Versace,
Moschino y Philosophy nos muestran su lado alegre y enérgico en Milán
Ya fuera con un
desfile real o con un teatro de marionetas virtual, a puerta cerrada o frente a
un público, los diseñadores milaneses quisieron celebrar el sábado el regreso a
una cierta normalidad con elegantes colecciones de primavera-verano 2021,
expresando la alegría de vivir.
Para Philosophy, la
línea joven de Alberta Ferretti, Lorenzo Serafini firma una colección fresca,
vigorizante y chispeante. Ideó un almuerzo en el césped eligiendo para su show
el magnífico jardín de la Casa degli Atellani, construida en el Quattrocento
justo frente a la Iglesia de Santa Maria delle Grazie y la Última Cena de
Leonardo da Vinci, quien disponía de una quincena de vides, algunas de las
cuales todavía son visibles.
Los espectadores
estaban sentados en sillones de mimbre esparcidos por el amplio césped entre
las fuentes y las flores. Con botas de goma manchadas de pintura, las modelos
descendieron la gran escalera al pie del palacio para cruzar casualmente el
parque con su atuendo de pintor. Con la cabeza protegida por un sombrero
cloche, que ocultaba sus ojos, y su bolsito de picnic en la mano, algunas
llevaban guantes largos de goma de colores.
Pantalones de lona,
tejidos de punto, chalecos abotonados, blusas... Los primeros looks eran
blancos, como el lienzo sobre el que el artista fue depositando paulatinamente
sus colores. Inspirándose en los pintores impresionistas, para esta vuelta a
las pasarelas, el diseñador quiso “celebrar la creatividad”, combinando épocas
y estilos, entre la actualidad y el espíritu del Segundo Imperio.
“Para mí desfilar es
una obligación moral. El deseo era acabar con esta época oscura y volver a esos
pequeños placeres de la vida, como disfrutar de un buen día en el campo”, nos
explica.
Los chalecos anchos de
rayas con botones dan paso a camisas con mangas abullonadas y cuello corola.
Los cuadros Vichy se apoderan de los pantalones cortos, las faldas fluidas y
los vestidos con volantes. Los corsés atados en la parte delantera o trasera
encierran blusas y vestidos, cuyas mangas por los hombros. Algunos trajes
blancos pintados a mano están manchados en estilo puntillista, mientras que los
jeans, pantalones y bermudas están rayados con pinceladas que gotean.
El período de
confinamiento también dio que pensar en Jeremy Scott, quien optó por otra
estrategia para presentar la nueva colección de Moschino. Jugando como de
costumbre con su humor mordaz, el diseñador elaboró un desfile en miniatura
con marionetas operadas con alambres y vestidas con microvestidos de muñecas.
Un guiño para decirnos que “para empezar de nuevo, hay que empezar poco a
poco”.
La película,
proyectada el sábado, recrea para la ocasión un verdadero desfile con un
sabroso toque retro que recuerda a las primeras presentaciones de las
colecciones de alta costura. Vemos modelos de Barbie paseando por un antiguo
salón parisino decorado con estuco dorado, en presencia de un puñado de periodistas
(entre ellos Anna Wintour y otras estrellas de la prensa de moda).
A primera vista, los
conjuntos glamurosos y preciosos parecen sacados de los años 50, con su forma
ceñida en la cintura y acampanada en las piernas, con tejidos bonitos (seda, satén,
brocado, etc.) y grandes lazos. Sin olvidar la paleta que va desde el oro
pálido o el azul princesa hasta el rosa polvo y la verde salvia.
Pero al mirar un poco
más de cerca, descubrimos que todas las prendas están confeccionadas al revés
revelando la estructura interna de la prenda, como para volver a la base de la
costura. Los vestidos muestran toda la estructura de la prenda, mostrando la
corsetería, las costuras y las cintas internas, incluyendo los bolsillos
doblados en los laterales o las enaguas de tul.
Versace fue en una
dirección completamente diferente. La casa, que había programado un desfile
real para viernes por la noche, finalmente optó por un formato a puerta cerrada
acogiendo a sus empleados en lugar de su público habitual. La marca presentó un
escenario de una ciudad milenaria sumergida en el fondo de los océanos,
mostrado a sus modelos sirenas y hombres.
Lejos de los tonos
oscuros de las profundidades marinas, la directora artística, Donatella
Versace, sacó de las ruinas de su Atlantis, rebautizado como Versacepolis,
siluetas en colores brillantes y alegres, todo con lentejuelas y estampados
marinos, con estrellas de mar brillantes salpicadas en toda la ropa. Para la
ocasión, se recreó el estampado “Trésor de la mer”, creado en la década de los 90
por Gianno Versace.
Los hombres llevaban
trajes o looks casuales con rayas multicolores o bloques de colores vibrantes,
con una impactante chaqueta rosa, tejidos de punto rojo y pantalones azules o
incluso combinaciones de amarillo, verde y naranja. Vemos la misma paleta en
las mujeres, en micro-vestidos, crop tops y faldas o también en vestidos con
cola y volantes o mini shorts.
Una colección alegre e
inclusiva en la que también participaron las tres musas de talla grande Alva
Claire, Precious Lee y Jill Kortleve.
Foto-periodista:GONZALO ESGUERRA P.
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