Las 'mujeres fatales' de Fendi
La Semana de la Moda de Milán, dedicada a las colecciones femeninas Primavera/Verano 2024, tuvo un buen comienzo el miércoles con desfiles de alto impacto y algunas colecciones muy finas. Empezando por el desfile de Fendi, que celebra a una mujer de elegancia sencilla pero extrema.
En Fendi, como siempre, todo el mundo se empujaba para ver a una celebridad. Estuvieron presentes esta temporada, desde las actrices Naomi Watt y Demi Moore, hasta las supermodelos Linda Evangelista, Naomi Campbell y Kate Moss. Pero una vez que el alboroto se calmó y las luces se apagaron, llegó el momento de la moda. La conmovedora melodía de The Bitter Earth de la cantante de blues Dinah Washington, mezclada con la fascinante banda sonora del compositor alemán Max Richter, creó la atmósfera justa de misterio para acompañar a las 'mujeres fatales' contemporáneas imaginadas por Kim Jones.
El director creativo de las colecciones de alta costura y prêt-à-porter femenino de la casa romana, propiedad de LVMH, dice que quería recrear la elegancia relajada que observó en la capital italiana. "En Roma, hay elegancia en la tranquilidad y en no preocuparse por lo que piensen los demás: eso es verdadero lujo", dice en su nota de intención. Este espíritu de imperfección y libertad se traduce en realidad en el guardarropa más sofisticado, donde cada prenda está perfectamente ajustada, los detalles cuidadosamente pensados y la paleta altamente calibrada.
Vestidos de punto ultrafino, tejidos con una mezcla de mohair y seda, ceñidos al cuerpo, ya sean ajustados o drapeados, para exaltar las formas. Puntos y cárdigans se mezclaron, abrazando el torso en un divertido juego de mangas. Los suéteres de cuello alto estaban cortados aquí y allá, dejando al descubierto un hombro o abriéndose en una gran lágrima entre los senos. Con sus vestidos rectos de longitud media, zapatos de tacón, finos guantes de lana y pequeños y atractivos bolsos, la mujer Fendi es naturalmente elegante en cualquier circunstancia, nunca sin excesos. Perfectamente en línea con el lujo tranquilo que está de moda en este momento.
Ya sea que se ponga un par de pantalones cortos anchos de cuero marrón con una camisa blanca con hombros descubiertos desabrochada en la parte posterior, o un vestido de amapola ajustado con una gabardina de cuero beige, o se ponga un traje de minifalda con bloques de diferentes colores. El juego cromático, con una base de grises, beiges y negros cortocircuitados por destellos de rojo, azul cielo y amarillo limón, y las formas geométricas adoptadas como motivo en determinados looks, daban al conjunto un aire constructivista.
Como suele ocurrir con Fendi, se hizo hincapié en los materiales. Se utilizaron tiras de borreguito forradas de organza para simular rayas en un abrigo de baño con efecto rizo. Los vestidos confeccionados en una especie de vinilo ligeramente arrugado adquirían la apariencia de delantales. Una falda de cuero naranja calado parecía cortada de tela de malla, mientras que otra en oro parecía una cote de maille.
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