Esteban Cortazar
celebra la tradición y el talento colombiano en Colette
Fue hace un año cuando el diseñador Esteban Cortazar se enteró
de que en 2017 Francia celebraría el año de Colombia, una invitación que
pretende reforzar las relaciones bilaterales por medio de iniciativas
culturales y artísticas, tal y como se llevó a cabo anteriormente con Vietnam y
Corea.
« En aquel momento supe que tenía que hacer algo para
celebrar mi país y la comunidad de talento colombiana… Y traerlos a un contexto
que les diera otra luz », comenta el diseñador en pleno viaje relámpago a Cartagena.
Así, la alianza con Colette, afamada concept-store parisina en la que presenta
sus colecciones desde hace ya dos años, fue absolutamente inevitable. Y al
escuchar la propuesta de Cortazar, Sarah Andelman, fundadora y directora
creativa de la tienda, aceptó sin dudarlo.
De esta forma, del 10 al 22 de julio, Esteban Cortazar presentará en Colette una
cuidada selección de productos colombianos que incluirán desde artesanía
tradicional a libros de arte, pasando por dulces típicos o accesorios. Asimismo,
los escaparates de la tienda recrearán la estética de la « tiendita » de pueblo
colombiano durante la primera semana, con materiales traídos expresamente para
la ocasión; y será posible descubrir los sabores del país gracias al menú
creado por el chef colombiano Carlos Peñarredonda, del restaurante parisino
Candelaria.
Además, el proyecto contará con una colección de alrededor
de 15 piezas de Esteban Cortazar, así como con la presentación de su primera
incursión en el sportswear con una línea « made in Colombia », en colaboración
con la marca SevenSeven. Entre los elementos más emblemáticos destacarán los
bolsos de tela decorados con ilustraciones del padre del diseñador, el artista Valentino
Cortazar; un libro de edición limitada de Botero, publicado por Assouline; los
accesorios hechos a mano por comunidades indígenas Wayuu y Kuna; la decoración,
con las sillas de Ramón Laserna; los pendientes de Mercedes Salazar y de Casa
Chiqui o la selección musical del cantante J Balvin. Igualmente, Cortazar ha
invitado a artistas residentes en París, como la diseñadora de joyas Yaz Bukey
y la marca de skateboards We Dare Paris para reinterpretar sus creaciones con
pinceladas de Colombia.
En un contexto en el que impera la fugacidad y en el que el
« see-now, buy now » parece dictar los ritmos del calendario de la moda,
Esteban Cortazar se detiene y saborea el dulzor de la tradición, de la
artesanía y del « savoir-faire » de sus compatriotas. Así, lo que podría
parecer una presentación efímera irá más allá. « Lo lindo del proyecto es el
carácter pop up, cargado de alternativas y posibilidades. Nos permite la
creación de un concepto atemporal que pueda viajar, abriendo nuevos mercados y
exponiéndolo en diferentes países », comenta Cortazar, afirmando que ya se
trabaja en dicha idea, debido al enorme interés que ha suscitado en Japón. « Se
trata de productos que siempre han estado ahí y solo necesitaban otro espacio
para cobrar otra luz », concluye.
« Lo que empezó como algo pequeño se ha convertido en el
proyecto más grande de mi carrera », afirma Esteban Cortazar, desbordante de
ilusión ante la oportunidad de poder trabajar con marcas en las que cree y
apoya, promover el turismo de la mano de Procolombia y, al mismo tiempo,
colaborar con Colette. Y es que “Colombia no es solo artesanía y café”,
sentencia el creador, defendiendo la evolución de su país y el momento de
efervescencia que vive la creación de moda desde hace algunos años. Bastará con
acercarse a Colette para comprobarlo.
Foto-periodista:GONZALO ESGUERRA P.
corresponsal colombia
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