Tendencias de mujer
para el otoño-invierno 2018-19
Esta temporada, los diseñadores se han planteado más que
nunca la feminidad, el poder de las mujeres y su imagen. Todos han participado
en el debate surgido a raíz de los escándalos de acoso sexual, cada uno con su
propia visión. En las colecciones de prêt-à-porter femenino para el
otoño-invierno 2018-19, vemos a una mujer que encuentra el equilibrio entre la
fuerza y la dulzura, que trasluce. Asume y reivindica su feminidad, pero los
códigos masculinos siguen presentes en el vestuario femenino. Los volúmenes
amplios, la tendencia multicapa, los largos maxi ponen de manifiesto la
necesidad de imponer y protegerse. Mientras que los colores vivos, la luminosidad
y los detalles excéntricos aportan un soplo de aire fresco.
1) Maxi
Aunque los minivestidos y las minifaldas siguen en voga, los
largos maxi toman la delantera. Los abrigos hasta los pies estuvieron presentes
en todas partes, especialmente en los desfiles de Chanel y Giambattista Valli.
El abrigo adopta un aire de albornoz flojo que se arrastra por el suelo. Te
envuelve con sus mangas extralargas y sus cómodos volúmenes. En la misma línea
encontramos vestidos amplios y fluidos, especialmente de satén, que caen a lo
largo de las piernas hasta acariciar los tobillos, en un estilo bohemio y
sensual.
2) La capa-manta
Ya la descubrimos hace varias temporadas, pero la capa-manta
se posiciona como accesorio indispensable en un vestuario cada vez más
descompuesto. Sobre los hombros, la capa-manta funciona como chal o mantón
(Roksanda, Junko Shimada, Lemaire), o como poncho, como vimos en el desfile
de Isabel Marant. Se convierte en un
vestido entallado a la cintura con Giorgio Armani, o se sujeta con tirantes en
la versión de Beautiful People. También funciona como falda si la atamos a la
cintura y se lleva en bandolera como un bolso en Hermès. En los desfiles de
Gucci y Alexander McQueen, la manta se convierte en abrigo.
3) Pelo y peluche
Siempre apoyándose en la idea de la protección, los
diseñadores multiplican los estilismos de espíritu cocooning, poniendo a prueba
su ingenio para inventar estrategias para remplazar las pieles auténticas. Las prendas de pelo largo despeinado imitando
el pelo de cabra o de lana peluda están por todas partes: en abrigos y
pantalones Grizzly con hilos de lana en Issey Miyake, de colores flúor en los
jerséis de Balenciaga y con flecos de plástico en los vestidos de Prada. Las
chaquetas y cazadoras de piel de borrego también están omnipresentes, al igual
que las vaporosas plumas de avestruz que adornan bolsillos, cuellos y mangas,
por ejemplo, en forma de puños (Angel Chen, Carolina Herrera, Dries Van Noten,
Anaïs Jourden).
4) Multicapas
Las superposiciones, las prendas de dos o incluso tres capas
encarnan a la perfección la actitud del próximo invierno, que se presenta duro
según vemos en estas colecciones. Se trata de un estilismo personalizado, que
se va deshojando a pesar del clima. Beautiful People amontona tres gabardinas
una sobre otra, mientras Balenciaga hace lo propio con cortavientos. Otros
diseñadores optan por colocar dos abrigos sobre las modelos (Issey Miyake,
Victoria Beckham, Rochas, Gabriela Hearst). En el desfile de Sacai, las
chaquetas se desdoblan en cazadoras. En esta línea, los forros de los abrigos
salen del anonimato para convertirse en prendas de pleno derecho con materiales
y colores en contraste. Comme des Garçons va mas lejos aún con trajes milhojas.
5) Híbrido "dos
en uno"
Mezclar materiales se ha convertido en el pasatiempo
preferido de los diseñadores. Pero ya no se conforman con un parche o una pieza
aquí y allá. Parece que los trajes patchwork ya les aburren y se han pasado al
divertido juego del "dos en uno". Los prendas "bimateria"
están de plena actualidad y surgen las combinaciones más alocadas, como el
abrigo de pata de gallo por arriba y plumas de colores por abajo de Balenciaga
o el modelo de piel de borrego y cuadros de Undercover. El no va más es ofrecer
dos estilismos por el precio de uno, con dos estilos bien diferenciados a
izquierda y derecha (Jour/né, Sacai, Uma Wang, Off-White, Thom Browne,
Annakiki).
6) Colores vitaminados
Rojo amapola, fucsia, azul cian, verde manzana, flúor,
morado intenso, amarillo oro, etc. La energía pop inunda las colecciones con un
sinfín de vestidos y conjuntos monocromáticos de colores puros e intensos. Una
auténtica inyección de vitaminas para ver encarar el futuro con optimismo o con
candor en un dulce regreso a los colores azucarados y acidulados de la
infancia, donde el rosa chicle lleva la voz cantante.
7) El punto
El punto (vestidos, pantalones, polainas, medias, abrigos,
chaquetas) así como los jerséis, a poder ser oversize y flojos, ocupan un lugar
privilegiado en el armario femenino. Pero todavía adquieren más volumen con un
juego de trenzas y superposiciones. La versión ultrasuave de mohair destaca
sobre el resto.
8) El vestido-blazer
Después del vestido-abrigo, llega el vestido-blazer.
Directamente sobre la piel desnuda, la americana masculina se transforma en
vestido de forma sencilla ofreciendo un estilo elegante y sensual. Haider
Ackermann utiliza la chaqueta de un esmoquin y la combina con medias de color,
Isabel Marant la ajusta a la cintura con un cinturón, muy escotada y entallada
con un chal en contraste queda terriblemente sexy en Jacquemus, Alexander Wang
le quita las mangas para conseguir un efecto aún más atractivo.
9) Acolchados
Este tejido, que suele utilizarse para forros, cobra un gran
protagonismo. Entra en el vestuario femenino con todas sus connotaciones
ecuestres, de la silla de montar a la chaqueta de equitación, otro filón que ha
caracterizado las colecciones otoño/invierno 2018-19. Las propuestas para el
próximo invierno son numerosas: traje pantalón plateado en Balmain o en versión
dorada de la mano de Lutz Huelle, abrigo largo de color azul de Nina Ricci o algo más barroco con los
estampados de la casa de Emilio Pucci, en versión falda en el desfile de Derek
Lam, camisa de Albino Teodoro, chaqueta
de Peter Pilotto... También encontramos insertos de tejido acolchado en las
propuestas de Marine Serre, Aalto o Carven.
10) Toda la atención
sobre el rostro
Entre el instinto de protección y las referencias
religiosas, el acto de cubrir/disimular/maquillar el rostro ha condicionado un
buen número de colecciones, como si protegerse del exterior y de las miradas
indiscretas se hubiese convertido en algo vital. Prueba de ello es el
protagonismo adquirido por los pasamontañas. Los hemos visto en Nueva York
reinterpretados en ganchillo por Raf Simons para Calvin Klein, en Milán con
Gucci, en París en los desfiles de Marine Serre, Dior, Lanvin, Martin Margiela,
Chanel y Balenciaga. Además, es un pañuelo (Richard Quinn) o un velo (Erdem)
que cubre el rostro, cuando no está directamente pintado (Rick Owens, Gucci,
Moschino) o recubierto de lentejuelas (Giambattista Valli).
Foto-periodista:GONZALO ESGUERRA P.
corresponsal colombia
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