Hermès toma el aire
fresco del mar
Con el pelo al viento, las piernas desnudas como espartanas,
dejando su marca en la arena blanca, la colección femenina de Hermès avanza por
el hipódromo de Longchamp a lo largo de una pared de espejo inclinada que
refleja el cielo hasta el infinito. La notas del delicado adagio en piano del
concierto nº23 de Mozart desaparecen en una ráfaga de viento. La marca parisina
ofreció el sábado uno de los shows más bellos del fin de semana. Espectáculo
mágico de visión futurista, resaltando el patrimonio de la maison.
Para su colección primavera-verano 2019, la casa de lujo ha
fusionado su patrimonio de caballería con el universo marino, componiendo un
vestuario gráfico y deportivo para los amantes de la naturaleza y del aire
libre, donde el diseño de una silla de cuero juega con el cuello en una gran
camiseta blanca y el delantal del mozo de cuadra se convierte en un vestido
negro de verano. En la gama de colores abundan los tonos naturales (desierto,
arena, blanco roto, tierra de Siena, pizarra), con algunos destellos intensos
en rojo, naranja o turquesa.
El elemento marítimo toma el control con un pequeño vestido
en trapecio blanco, como un corte de lienzo en una vela, o en una parka de
cuero de chocolate que se convierte en una túnica, sobre un par de pantalones
cortos a juego. Hay cuerdas por todos lados, cruzadas en el cuello de un
vestido de cuero agrietado por delante, por la parte de atrás de un mono o
vestido, apretando por la cintura, de rayas negras sobre una túnica turquesa,
mientras que los mosquetones sirven como broches.
Las túnicas se sostienen en los hombros con cuerdas o cintas
que pasan a través de anillos de metal, como las velas de las goletas. Los
bodys ajustados de surf, se deslizan bajo una falda o bajo un mini vestido de
cuero perforado, completando este vestuario náutico.
También destaca el cuero, material estrella de la casa. Lo
encontramos principalmente en sudaderas con capucha, en chaquetas sin mangas de
cuero natural, en una gran falda de piel cordero trenzada o en una maxi falda
con piel ultra flexible sostenida por un par de correas en un sujetador de
punto trenzado, así como en abrigos de colores oceánicos con maxi bolsillos.
El último toque original, los botones de algunas cazadoras o
chaquetas cruzadas creados por Laurence Owen, que parecen oxidados por el
oleaje.
Foto-periodista:GONZALO ESGUERRA P.
corresponsal colombia
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