Mascarillas "fashion" para dar "color" a los tiempos
oscuros del coronavirus
Funcionales o
creativas, las mascarillas son el accesorio más utilizado entre las pocas
personas que estos dÃas caminan por las calles de Nueva York, una fantasmal
capital de la moda cuyos diseñadores, a puerta cerrada, se esfuerzan por
contribuir su granito de arena en la crisis del Covid-19 y "aportar color
en tiempos oscuros".
Según expresó
recientemente el diseñador Tom Ford, presidente del Consejo de Diseñadores de
Moda (CFDA, por sus siglas en inglés) de EE.UU., este sector "ha sido
golpeado con dureza desde todos los ángulos" por la pandemia de
coronavirus: la cadena de suministro ha sido interrumpida por el parón de
actividad y se han detenido en seco los engranajes del comercio minorista, con
miles de despidos y ya alguna bancarrota.
Con la población
recluida y centrada en problemas más graves que el frÃvolo "qué me
pongo", marcas de todo el mundo como Burberry, Lacoste, Adidas y Nike, o
cadenas asequibles como H&M, han reorganizado su flujo de trabajo para
producir mascarillas y otros materiales de protección (PPE) mientras que otras
han visto un filón en esta pieza que ha llegado para quedarse, de momento.
La autoridad manda, la moda responde
La autoridad de
prevención de enfermedades de EE.UU. recomendó en abril llevar un
"cobertor de cara" de tela en público cuando "sea difÃcil
mantener las medidas de distancia social", "especialmente en áreas de
transmisión comunitaria" como supermercados y farmacias, abogando por
dejar para el personal sanitario las mascarillas quirúrgicas o N95
"esenciales".
El CFDA hizo
entonces un llamamiento a las empresas del sector para que produjeran y
vendieran mascarillas "llevables" al público general, ya que es un
artÃculo "rápido y barato que requiere poco material y es sencillo
ensamblar", apuntó Sarah Mullins, presidenta asistente de Diseño de
Accesorios y Calzados en la Fashion Institute of Technology de Nueva York.
Mullins dijo que,
"aunque sea durante 2020", las mascarillas se van a convertir en un
"nuevo accesorio que permite a quien lo lleva expresar su estilo" y
muchas tiendas están añadiendo a sus catálogos, aunque no cree que sus ventas
"compensen las pérdidas que los minoristas están sufriendo durante la
pandemia".
Color en tiempos
oscuros
Una de las
primeras firmas de moda que respondieron al mensaje del CFDA fue Collina
Strada, que habitualmente enarbola el lema de la moda sostenible en la
"Fashion Week" neoyorquina y ahora se está volcando en ayudar desde
su tienda online, ofreciendo instrucciones para coser mascarillas caseras y
enviando una de regalo en cada pedido de ropa.
Su diseñadora,
Hillary Seymour, ha creado unas vistosas mascarillas "fashion" en las
que se puede introducir un filtro para el aire y que se atan con un lazo,
recicladas a partir de colecciones antiguas y con cuyo importe de 100 dólares
dona 5 mascarillas a trabajadores sanitarios de Nueva York, una entre muchas
opciones ya disponibles en el mercado.
Una búsqueda
rápida en internet basta para ver modelos de todos los gustos y cómo las
revistas de moda están dedicando sus páginas a esta nueva tendencia: las de
Alice + Olivia lucen estampados de caras femeninas; las de Lirika Matoshi
dibujos de lentejuelas; las de David Avido diseños tradicionales africanos; la
creatividad no tiene lÃmites.
"Las
mascarillas son necesarias para todos ahora. Fabricar mascarillas 'fashion'
durante estos tiempos es una manera de hacer que la gente se emocione y esté
orgullosa de las mascarillas que llevan. ¿Por qué no aportar un poco de color y
alegrÃa a las vidas de la gente en estos tiempos oscuros?", declaró Seymour,
que ofrece otras sin coste en caso de necesidad.
El sector se vuelca
"Muchas
mascarillas van a los trabajadores del sistema sanitario, y otras son vendidas
a los consumidores", reitera en ese sentido la experta en accesorios
Mullins.
"Creo que el
esfuerzo del sector de la moda para ayudar a proporcionar PPE exhibe lo mejor
de esta industria", agrega, destacando cómo muchas firmas que no pueden
cumplir con los estándares de producción de los artÃculos funcionales hacen
esfuerzos a su medida, con el ejemplo de la plataforma de venta de productos
artesanales Etsy.
Etsy urgió a sus
vendedores a producir mascarillas de tela y 20.000 de sus tiendas las ofrecen
ahora en sus catálogos, muchas de ellas donando su recaudación de ese producto
a organizaciones benéficas para paliar el impacto de la pandemia, ya sea el
total del importe, como la firma Outdoor Voices, o una parte, en el caso de
marcas comerciales como GAP o Disney.
Aprender de la pandemia
Tom Ford, el
presidente de los modistos de EE.UU., declaró que, pese a la incertidumbre y la
necesidad de afrontar problemas como el inventario acumulado, el sector
minorista debe recapacitar sobre su futuro, y en parte eso implica plantear si
"la gente va a correr a gastar su dinero" y "qué productos
querrán".
"Creo que el
futuro de la moda funcionará si se capitaliza el autoanálisis que está teniendo
lugar mientras nuestras vidas y muchos negocios están parados. Si el sector
vuelve a los mismos procesos y procedimientos después de la pandemia, no
habremos aprendido nada", coincide en cierto sentido Mullins.
"Hay que
hacer ajustes a los 'shows" de moda, los métodos de producción y las
cantidades. Necesitamos estar dirigidos por valores y no solo beneficios",
agrega esta experta, que desde su puesto en el Fashion Institute Of Technology
también reivindica escuchar a los estudiantes de moda y valorar sus
"nuevas ideas".
Actualmente, el
paÃs es el epicentro mundial de la pandemia, con más de 1,4 millones de casos
confirmados de Covid-19 y casi 90 000 fallecidos, de acuerdo al recuento
independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Foto-periodista:GONZALO ESGUERRA P.
corresponsal colombia
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