Dolce & Gabbana
en 'Boudoir & Gabbana'
Dolce & Gabbana,
pensándolo bien, hacen ese 'Boudoir & Gabbana', viendo que la mitad del
elenco iba en lencerÃa en este desfile, donde Kim Kardashian se sentaba en
primera fila.
La Kim, como la llaman
los milaneses, sirvió un cóctel de lentejuelas rojo carmesà y se sentó en medio
de un estallido de flashes de paparazzi. Los guardias de seguridad se
apresuraron a contener a la multitud. El orden se restableció profesionalmente,
las luces se apagaron y por los parlantes sonó el tema musical de la clásica
pelÃcula de Visconti de 1963 Il Gattopardo . Domenico y Stefano comienzan cada
espectáculo con esta composición orquestal.
El dúo habÃa dejado
claras sus intenciones en la invitación al estilo del suplemento del periódico:
32 páginas filmadas en blanco y negro, la mitad de las cuales eran lencerÃa.
Cuando se trata de
ropa interior como ropa exterior o boudoir cool en general, bueno, Dolce &
Gabbana inventó más o menos las categorÃas. Y volvieron a demostrar su dominio
este sábado con este espectáculo dentro del espacio construido a medida.
Todo el camino desde
los looks de apertura: leotardos semitransparentes que se transformaron en
vestidos largos hasta el suelo. Un cóctel de malla transparente sobre ropa
interior de encaje, coronado por una corona gigante de plumas de gallo.
Vestidos en gran parte transparentes atados, anudados, cortados asimétricamente
y enrollados, todos ellos hábilmente logrados.
Antes de que todo se
convirtiera en oro, desde cócteles de seda metálica maltratada hasta abrigos de
gala dorados cegadoramente brillantes. Toda una sección cuyas primeras tres
filas estaban dedicadas a personas influyentes asiáticas entró en un frenesà de
alimentación de iPhone en el oro.
Respaldado por la
dramática banda sonora de techno industrial de la DJ canadiense Anyma de las
Primeras Naciones, el elenco finalmente comenzó a ponerse algo de ropa.
Esmóquines de Ãdolos
matinés: ceñidos vestidos de abrigo en lana técnica, coronados por solapas de
piel dignas de Klondike; micro-Spencers combinados con pantalones de montar; y
un gran lÃder de banda conjunto de colas. Antes de que una belleza de piernas
largas apareciera en sujetador y pantalones cubiertos por el abrigo de piel de
oveja negra más grande del mundo.
Al igual que el último
espectáculo de caballeros, este fue principalmente de negro, antes de la
explosión del estilo dorado de Fort Knox, y un final de rojo pecaminoso.
La colección fue
descarada y seductora, enérgica y empoderadora, precisamente porque decÃa que
las mujeres pueden realzar, hacer alarde y demostrar su belleza tanto como
quieran. No ser objetivados sino ser objetos de belleza.
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