Ferragamo: del Renacimiento al Arte Povera
Hubo un tiempo en el que la mayorÃa de los editores consideraban que ir a una exposición de Ferragamo era una tarea ardua. Pero desde que el diseñador británico Maximilian Davis llegó a la casa, los desfiles de Ferragamo se han convertido en un tema muy popular.
Y un evento mucho más grande. Esta temporada se llevó a cabo en una enorme sala dentro de la Fiera di Milano, el salón comercial más grande de Europa. Un escenario blanco cilÃndrico gigante donde Max envió su visión estilizada y en gran parte monocolor.
Cortó trajes estrictos con mangas jesuÃticas; vestidos de abrigo técnicos construidos con hombros poderosos; recortados en cinturas y chaquetas alargadas. Pero su idea clave era la ropa de dÃa drapeada y fruncida. Como gabardinas con cuello alzado, en nailon blanco o cuero verde bosque, fruncidas en el cuello y onduladas hacia un lado. O abrigos militares técnicos para hombres (en un desfile mixto) con paneles traseros extendidos y mangas estilo cordero.
Gráficamente, se hizo eco de los ilustradores italianos de los años sesenta con toques y giros curvilÃneos, vistos en abrigos de cuero de formas orgánicas en rosa y rojo, o chocolate y beige; o cócteles fruncidos en blanco y negro. Aunque cuando se le preguntó sobre su inspiración, mencionó a Giovanni Anselmo, una estrella del movimiento Arte Povera de la misma década.
“Me gusta mezclar algo juguetón, respetuoso, pero también un poco perverso”, dijo Max, quien añadió la versión de moda de la cola de un caballo a varios looks y mezcló lo duro y lo suave en muchos conjuntos. Terminando con Ceretti con un corpiño de cuero moldeado unido a un vestido de punto fluido.
DÃas antes de que comenzara el espectáculo, Ferragamo tuvo un gran éxito mediático. Colocó su nueva campaña publicitaria Ferragamo Firenze en un enorme cartel en la cinta de equipaje del aeropuerto Linate de Milán. Garantizar que cada comprador, editor e influencer conozca de cerca el anuncio. Presenta a la modelo más importante de Italia, Vittoria Ceretti, con un grupo de amigos ante un gran cuadro de Giorgio Vasari prestado por la GalerÃa de los Uffizi, el mayor museo de arte del Renacimiento.
"SÃ, tenemos un equipo de marketing increÃble, ¡lo admito!". Max se rió entre dientes después del show.
“Florentino, impulsando la herencia en mi colección inaugural e interpretando el arte del Renacimiento en forma de cortinas. No quiero cambiar de marca. Quiero ser respetuoso. Mi trabajo es darle nueva energÃa”, explicó el siempre sonriente diseñador.

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