Prada: ¿F de falso o F de Fashion?
¿Qué son hoy las noticias reales o falsas? ¿Estamos a punto de dejarnos dominar por la IA y el Chatbot? Dos temas en un desfile de Prada que invita a la reflexión , donde la mitad de los detalles eran literalmente falsos.
Presentada el domingo por la tarde en el espacio de desfiles de la Fondazione Prada, la colección fue un tour de force de trompe l'oeil. Esta temporada, la gran idea del dúo de diseñadores Miuccia Prada y Raf Simons fue una serie de fantásticos nuevos pantalones de lana en forma de espiga, donde todos los cinturones estaban coloreados en la tela justo debajo de la cintura. Hablemos de trampantojo de primer nivel, especialmente porque estos cinturones parecían cuero bruñido real.
Una idea que continuó en las prendas de punto, donde todos los cuellos también eran coloridos trompe l'oeil. Los maestros del Renacimiento habrían quedado impresionados.
“Se trata de la realidad o la falta de ella. Qué difícil para muchas personas distinguir entre lo real y lo inventado”, argumentó Miuccia en el backstage del espectáculo.
Incluso el decorado, que era otra cosa, se sentía ambiguo acerca de su propósito. Un largo camino blanco semicircular con una valla que serpenteaba cinco metros hasta un cobertizo blanco. ¿La chabola de un vagabundo en Australia? ¿La residencia de fin de semana escondida de un escritor en Cape Cod?
Alrededor de la sinuosa pasarela el elenco adolescente desfiló rápidamente. No tanto flaco, sino muy, muy flacucho. Atrás quedaron los intelectuales sensibles que solían poblar los shows de Prada, estos muchachos eran niños de discotecas, al igual que el techno industrial oscuro y contundente que era la banda sonora.
"Sí, eran muy jóvenes, porque creo que la juventud es el futuro", dijo La Signora Prada a un grupo de escritores después del espectáculo.
Cuyas figuras del elenco ayudaron a hacer de esta la silueta más delgada que uno haya presenciado en eones en Milán. Y la declaración de moda más minimalista.
Para Prada, ésta también fue una colección sorprendentemente gráfica, con una docena de camisetas con ilustraciones gráficas impresas de payasos, bufones, flores marchitas y gente de circo.
El cual resultó ser de Bernard Buffet, quien curiosamente fue en su día novio de Pierre Bergé , durante ocho años. Antes de que Pierre se convirtiera en socio de Yves Saint Laurent .
Un pintor cuya reputación creció rápidamente y luego cayó en picado, hasta el punto de que incluso su antiguo campeón le infligió el corte más cruel. De manera despectiva, Bergé se refirió más tarde a Buffet como “un pintor dominical”, refiriéndose a un creador de pastiche a tiempo parcial.
Pero al menos sus pinturas figurativas se sintieron vivas hoy en Milán en esta exposición de Prada.
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