La comunidad
indígena que resistió las balas a través del arte estuvo en la FILBo
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Hoy en la FILBo se reunieron líderes indígenas de la comunidad Nasa,
artistas y miembros del Centro Nacional de Memoria Histórica para hablar sobre
el poder sanador del arte.
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En 2013, surgió Minga Muralista, una iniciativa que convocó artistas
para transformar los muros deteriorados por la guerra en Toribío, Cauca.
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La segunda versión de la iniciativa se llevó a cabo en 2016 y fue
publicada en la edición de marzo de la revista Ya´ja, que fue lanzada hoy en la
FILBo.
Desde los años ochenta, Toribío, municipio
ubicado en el departamento del Cauca, ha recibido más de 700 ataques de grupos
armados al margen de la ley. Se calcula que hasta el momento han muerto 41
personas y 600 han resultado heridas.
El ataque más violento en la zona fue
perpetrado el 8 de julio de 2011 por las Farc, cuando a las 10:00 de la mañana
hicieron explotar una chiva bomba frente a la estación de Policía, ubicada en
el mercado del pueblo.
El territorio, poblado en su mayoría por
indígenas Nasa, se redujo considerablemente y el ambiente convulso llevó a que
las paredes del municipio se llenaran de graffitis alusivos a actores armados.
La cara de Alfonso Cano y frases como “ELN 52 años” fueron algunas de las
imágenes.
A pesar de ser víctima de tantos ataques,
Toribío ha logrado resistir a través de diversas estrategias como la
recuperación de sus territorios ancestrales, rituales de armonización e
identificación de sitios sagrados, la creación de medios de comunicación
comunitarios, la Guardia Indígena y el uso de herramientas artísticas, entre
otras.
Un caso destacado fue cuando en 2013, a manera
de reacción y protesta, los Nasa conversaron con artistas de diferentes
ciudades del mundo para reemplazar el paisaje bélico por murales que reflejaran
su identidad. Así nació la Minga Muralista.
En esa primera jornada de muralismo hubo
cambios en el ambiente, pero aún se respiraba el aire tenso y permeado por el
terror. "Toribío no es como lo pintan, sino como nosotros lo
pintamos", fue una de las frases insignia.
En septiembre de 2016 se llevó a cabo la
segunda edición de la iniciativa, que contó con una delegación de artistas
internacionales de Argentina y México, más de 60 muralistas de los municipios
de Toribío, Jambaló y Valle del Sibundoy y de las ciudades de Cali, Medellín,
Bogotá, Popayán y Pasto. También participó un semillero de jóvenes reporteros
de algunos municipios del Cauca.
En esta ocasión hubo mayor influencia de la
comunidad indígena, a través de un ritual de nueve días que incluyó
conversatorios, cineforos y conciertos sobre su identidad. Además, los abuelos
capacitaron a los artistas sobre la cosmovisión Nasa con talleres donde
transmitieron sus conocimientos sobre figuras, colores, tejidos y elementos de
la naturaleza.
La actividad arrojó más de 45 murales en tres
municipios del territorio Nasa y reunió a más de 300 participantes. Esto fue
registrado por el Centro Nacional de Memoria Histórica en conjunto con los
reporteros del semillero en una edición especial de la revista Ya`ja,
publicación de la comunidad.
Esta revista fue lanzada hoy en la Feria
Internacional del Libro de Bogotá, FILBo 2017, al igual que el sitio web que
alberga una galería fotográfica de las actividades desarrolladas. A la
presentación asistieron líderes Nasa, miembros del Centro Nacional de Memoria
Histórica, algunos de los artistas y dos de los jóvenes reporteros que
participaron en la experiencia.
En palabras de Edwin Cubillos, miembro del equipo
organizador por parte del Centro Nacional de Memoria Histórica, “la Minga
Muralista es una de las experiencias de museos a cielo abierto más importante
de la región. La experiencia permitió a la comunidad revitalizar su cultura,
reconstruir la memoria histórica y fortalecer los procesos de paz, reafirmando
el papel transformador y resiliente que tiene el arte en el conflicto armado”.
En este espacio confluyeron la literatura y
las historias de vida que han sido transformadas por el arte. Desde hace dos
años, en Toribío se ha reducido la violencia debido al proceso de paz que se ha
desarrollado en el país, ambiente propicio para seguir cultivando estas
expresiones de identidad cultural.
Foto-periodista:GONZALO ESGUERRA P.
corresponsal colombia
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