Armani Privé vuelve a
casa en la embajada italiana
Giorgio Armani volvió a casa, al menos en parte, en su
último desfile de alta costura, presentando Armani Privé por primera vez en la
embajada italiana de París.
Armani celebró dos desfiles, seguidos de un cóctel en el
maravilloso jardín de la embajada, en el corazón del barrio de Saint Germain.
También rompió moldes con su saludo, recorriendo todo el palacio francés del
siglo XVIII, estrechando la mano a Poppy Delevingne y a las actrices Juliette
Binoche y Kristin Scott Thomas. Giorgio suele hacer un saludo breve, y nunca
recorre la pasarela.
Fue un desfile amplio con 96 estilismos, que iban de trajes
de día a americanas negras de cóctel, pasando por varias fantasías rosas
impactantes y un final de lo más glamuroso
Entre tanto pudimos ver una selección de vestidos de
terciopelo negro, dignos de los Oscar. Un vestido tipo esmoquin cruzado con un
corte impecable que cautivó a varias de las mujeres presentes.
Tampoco faltó el glamour en las primeras filas, donde Tina
Turner se sentaba orgullosa junto a Roberta Armani, Isabelle Huppert y
Elizabeth Debicki. Aunque la actriz australiana bien podría estar sobre la
pasarela con esa imponente figura.
El elenco de modelos paseaba por las salas de recepción de
la embajada bajo enormes lámparas de araña de cristal. Aunque a Armani le suele
gustar hacer desfiles en entornos oscuros y minimalistas.
Fuera del edificio, un atasco terrible causado por decenas
de operativos políticos que acudían al edificio vecino, el Hotel Matignon,
hogar del primer ministro francés Édouard Philippe.
"Descubrimos de casualidad que la embajada estaba
disponible y que la arquitectura encajaba bien con mi estilo de alta costura,
especialmente esta temporada", afirmaba un bronceado Armani mientras
posaba junto a Scott Thomas.
El diseñador italiano puso el atelier tras sus pasos con un
magnífico abrigo de terciopelo negro con un contorno dorado bordado en brazos,
codos y manos, creando un maravilloso efecto visual. Antes de perder la cordura
con un sombrero rosa del tamaño de un iceberg que parecía hecho de algodón de
azúcar, y más adecuado para el carnaval de Río que para las estrellas de
Hollywood.
También hubo otro momento rosa profundamente impactante, con
una docena de looks en ese tono, que iban desde unos preciosos vestidos bustier
de organza terminados con cristales a un enorme abrigo de plumas de avestruz
rosa. El sueño de cualquier diva.
Foto-periodista:GONZALO ESGUERRA P.
corresponsal colombia
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