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lunes, 9 de julio de 2018

En la Alta Costura de Dior salen las feministas y entran las grandes damas


En la Alta Costura de Dior salen las feministas y entran las grandes damas


Es oficial, la revolución feminista ha terminado en Christian Dior. Después de varias temporadas con desfiles políticamente significados en el Dior de Maria Grazia Chiuri, este último ha sido una clara declaración de la Alta Costura clásica, quizás incluso demasiado

La pasada temporada, Chiuri vistió las paredes de su desfile con pósteres reivindicativos, imágenes de manifestaciones estudiantiles y gráficos de propaganda agitadora. Incluso cubrió la bandera de Dior de la Avenue Montaigne con esas mismas imágenes la pasada semana.

Sin embargo, el espacio para este desfile era completamente blanco, una tienda creada ex profeso para la ocasión en el interior del Museo Rodin y fabricada a partir de centenares de retales de Alta Costura, una idea tomada de la reciente muestra sobre Dior en el Louvre, que batió todos los récords.

No hubo ni un solo eslogan por ninguna parte, ni siquiera en camisetas. En cambio, hubo una peculiar selección de prendas de lo más elegantes en sus conjuntos de apertura. Vestidos a media pierna muy arreglados, chaquetas con pequeñas capas y vestidos perfectamente cortados en crepe en azul y rosa y terminados con bordados a mano al estilo de los corsés.

La modista italiana también renovó la chaqueta Bar con mangas murciélago y pequeños volantes. Este desfile contuvo otro mensaje, que el color nude es el nuevo gris de Christian Dior, pues hubo al menos una veintena de vestidos en este tono sobre la pasarela.

Se sentía que Chiuri estaba decidida a subrayar que ella está completamente al mando de su taller. Su nuevo elenco de modelos fue impecable, cortesía de Michelle Lee, y añadió también una selección de pendientes con forma de pájaro que aportaban un toque artístico al resultado.



A mitad de camino, Chiuri cambió de marcha y regresó a su época anterior en Valentino apostando por la imaginería renacentista con al menos15 propuestas inspiradas en los tapices gobelinos, a destacar los vestidos con los hombros al aire y los abrigos de cachemira. Estoy seguro de que más de un invitado comprobó su invitación para asegurarse de que estaba en un desfile de Dior.

En general, el talón de Aquiles de la colección fue que no pareció verse nada nuevo, y ese es uno de los elementos esenciales de la Alta Costura. Se supone que es el laboratorio de la moda, y esta colección parecía bastante desprovista de cualquier experimentación.

En el final, el elenco caminó enérgicamente sobre la inestable pasarela al ritmo de Una Sera a Cena, de Ennio Morricone. Una melodía que, si la memoria no nos falla, la escuchamos al final de un desfile de Hubert de Givenchy hace ahora unas tres décadas.

En definitiva, un túnel del tiempo de la moda.




Foto-periodista:GONZALO ESGUERRA P.

corresponsal colombia
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