Burberry es un unicornio en
Shepherd’s Bush
Una procesión de limusinas transportó el lunes por la tarde
a todos los fashionistas de Londres a Shepherd’s Bush para asistir al principal
desfile del calendario británico: Burberry.
Este espectáculo marca el tercer desfile de Riccardo Tisci
para Burberry y el primero con un fuerte contingente de personalidades. En los
dos anteriores, Tisci parecía querer desvincularse de las personalidades de su
antecesor, que había provocado una especie de estancamiento VIP.
Tisci contó con una amplia variedad de famosos en primera
fila, desde el futbolista Ruben Loftus-Cheek del Chelsea y Bobby Gillespie, el
respetable joven enfadado y cantante principal de Primal Scream, a otros
habituales como Isabeli Fontana y Joan Smalls.
Es evidente que Tisci ha trabajado duro en Burberry y
presentó una colección mixta con montones y montones de propuestas. Comenzó con
una serie de trajes y chaquetas impecables, para hombre y mujer, con ribetes y
costuras exteriores confeccionados con el clásico estampado de la casa en tonos
tostados o gris claro.
Aunque su gran propuesta fue una amplia serie de faldas de
seda y vestidos con estampados dramáticos: mezclas de flores elegíacas, tigres
deslumbrantes, bosques espesos, monos colgantes y zorros traviesos. Todos
adornados con una nueva tipografía Burberry y presentados por supermodelos
como Gigi Hadid consiguieron aportar un soplo de aire fresco.
El decorado despertó gran entusiasmo. Una caja de espejo
gigante subió hasta el techo para anunciar el comienzo del espectáculo, dejando
al descubierto una varios cuencos de cerámica blanca que hacían de altavoces.
No todo funcionó. Vimos prendas de día especialmente
complicadas, destacando un traje de cuadros de corte masculino muy extraño con
el agujero de la pernera recortado a mitad del muslo, o una serie de
combinaciones camisa-blusón que sumaban kilos.
Dicho esto, Riccardo fue haciendo avanzar el dial de la moda
con una confección magnífica y alegre, aunque parte de ella nos recordara a su
anterior trabajo Givenchy en París.
En lo que se refiere a la prenda insignia de la casa, la
gabardina, Tisci presentó un corte muy voluminoso, ya fuera en beige con fondo
rosado para la mujer o en blanco y múltiples botones para el hombre, como una
estrella de hip hop tocando en un festival privado para exploradores
antárticos.
No se puede criticar al diseñador italiano por falta de
esfuerzo. Sin embargo, las colecciones demasiado largas (esta contaba con 109
estilismos) suelen ser un síntoma de indecisión. Y sea cual fuere el contrato
que firmase con Burberry, no parece que incluyera ninguna cláusula sobre
autoedición.
Sin embargo, Tisci hizo un gran final, con la modelo Rianne
van Rompaey luciendo espectacular con un vestido brillante de encaje blanco, el
mismo material utilizado en la invitación para el desfile, que incluía el mini
texto: "Soy un unicornio". Antes de los últimos pases, presentó dos
combinaciones imposibles con plumas de marabú dignas de Marilyn Monroe en su
faceta más seductora.
En general, fue un desfile impresionante en el que se
exhibieron gran cantidad de material y accesorios atractivos. Puede que no
fuera realmente un unicornio, pero sí un éxito.
Foto-periodista:GONZALO ESGUERRA P.
corresponsal colombia
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