Prada impone la elegancia de lo
clásico
Hablando de ropa que pueden llevar por igual grandes damas,
mujeres de carrera, directivas, enamoradas de la moda o jóvenes millennials. El
miércoles se inauguraba la temporada de pasarela italiana y Miuccia Prada
presentó, con un magnífico desfile en Milán, una de sus colecciones más
notables.
Desde Nicole Kidman hasta Wes Anderson y la influencer
italiana Chiara Ferragni, Miuccia estrenaba front row. Estaba también Lee
Sun-mi, una estrella coreana a que la cientos de adolescentes aguardaban
chillando en el exterior de la Fondazione Prada, donde se celebró el desfile.
Legendaria por su capacidad para crear espacios de
exposición influyentes, la Signora Prada reinventó esta temporada su galería
más grande. La convirtió en una terraza gigante con azulejos revestida en
colores de estilo Memphis. Incluso el público estaba sentado en bancos de
azulejos, todo esto dispuesto como un laberinto artístico.
"La terraza es un fenómeno muy italiano, pero a la vez
es una idea universal. Por eso me gusta", sonrió Miuccia con la piel
bronceada.
Históricamente, la diseñadora se caracteriza por elegir a
modelos caucásicas para sus desfiles; pero para la ocasión la elección también
fue universal; esta vez se decantó por la inclusión.
Al principio, uno se sentía en un terreno familiar: faldas
de estilo institutriz confeccionadas con lino semitransparente, blazers lady y
abrigos cruzados con botones en contraste y prendas a juego con estampados 3D
que parecían estar hechos con tela de corbata cara.
También hizo su aparición el LBD que Miuccia interpretó dos
veces: uno pequeño de gasa y cortado con una precisión quirúrgica de la que el
mismísimo Dr. Christiaan Barnard se sentiría orgulloso; y otro adornado con
cristales oscuros gigantes y extremadamente refinado.
Pero todo tenía un toque ligeramente artístico: el acabado
en bruto de las blusas de lino, los patrones de bordados de líquenes y
helechos, el maravilloso motivo de hojas verdes sobre una capa naranja tan
reluciente que apetecía buscar un contador Geiger.
Todo ello con grandes gorros de jinete con enrejado dorado,
sombreros campana inclinados hacia atrás o sombreros dignos de Annie Hall.
Respaldado por una banda sonora impresionante de agitados
sonidos industriales y espaciales de JB Dunckel (una mitad del grupo Air), el
desfile fue una clara declaración de estilo contemporáneo, y se ganó una gran
ovación que resonó en todo el antiguo almacén.
"Buscaba estilo, más que moda. ¿Qué dicen todos ahora?
Que hay demasiada moda, demasiado de todo, así que quería algo que fuera
clásico y, bueno, digno de mantenerse ", concluyó Miuccia, antes de dar un
sorbo de champán y tomar un delicado bocado de un sándwich de anchoa.
Foto-periodista:GONZALO ESGUERRA P.
corresponsal colombia
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