Christian
Dior encuentra la magia y sus raíces en su colección Crucero en Apulia, no en
París
Dior presentó el
miércoles por la noche una colección Crucero mágica en la plaza principal de
Lecce en Apulia, región natal del padre de la modista de la casa, Maria Grazia
Chiuri. Un homenaje a su país, en una exhibición sin precedentes del
savoir-faire italiano y de técnicas artesanales antiguas aprovechando las
raíces místicas del sur de Italia.
Una colección que
muestra los mitos y rituales de Apulia; como el baile de la tarántula o
"tarantela", donde Chiuri hace referencia a las teorías del
antropólogo italiano Ernesto De Martino sobre las dimensiones mágicas de la
danza.
Debido a la pandemia,
el desfile se celebró ante solo un puñado de amigos y familiares. Sin embargo,
la producción fue espléndida y contó con una intensa danza como protagonista.
Chiuri invitó a la coreógrafa israelí Sharon Eyal a una gigantesca plaza de la
ciudad de Lecce, y los bailarines alcanzaron un frenético clímax evocando ritos
ancestrales. Eyal ya había colaborado con una brillante muestra de su compañía
de danza en la colección prêt-à-porter de Dior que se presentó en el interior
del hipódromo de Longchamp en septiembre de 2018.
Acompañada por una
banda sonora a medida creada por Paolo Buonvino, encargado de componer también
la música inolvidable de Le Mythe Dior, la brillante película surrealista de
Matteo Garrone para la última colección de Alta Costura de Dior. Buonvino desarrolló
una "alianza de culturas" para el desfile, mezclando música
electrónica con la orquesta de la Fondazione Notte della Taranta. Mientras los
bailarines saltaban, se deslizaban, hacían piruetas y se emocionaban de forma
que capturaban la energía somnolienta de Apulia.
"Comencé este
proyecto el pasado mes de noviembre, me desplacé a Apulia e hice toda el
trabajo de investigación, que para mí es el punto de partida del Crucero.
Viajar a diferentes partes del mundo y trabajar con artistas locales para crear
algo nuevo, en un lugar nuevo. Y pensé que, a pesar de la pandemia, teníamos
que presentar esta colección allí. Respetando el distanciamiento social, por
supuesto", explicó Chiuri, que todos los años suele pasar unos días de
vacaciones en la vieja granja de su padre al sur de Lecce. Al final del desfile
salió a saludar acompañada de los bailarines, no de las modelos.
Es difícil imaginar un
escenario más evocador, la gigantesca Plaza del Duomo de Lecce, redecorada con
"luminarie", gigantescos pórticos de luz que a los apulienses les
encanta colocar en iglesias o calles de la ciudad durante sus fiestas
tradicionales. Pero esta vez, la decoración corrió a cargo de la artista
Marinella Senatore, añadiendo una capa más al complejo diálogo de culturas y
artesanía de este espectáculo. Senatore instaló una vez una gigantesca
luminaria en la High Line que decía "Give Your Daughter Difficult
Dreams", muy en sintonía con el feminismo comprometido del reinado de
Chiuri en Dior. El famoso atelier de la casa también se puso en marcha para
crear unos delicados vestidos de tul de luminarias que seguramente serán muy
codiciados por las seguidoras de Dior.
Toda la colección
estuvo plagada de referencias al tacón de la bota de la península italiana.
Como los tradicionales hombres de paja confeccionados con rafia que se
transformaron en un nuevo concepto de diseño. La modista también jugó con
motivos clásicos de la flora y la naturaleza, creando estilismos refinados,
como un exótico corpiño de ante de color negro, delicadamente bordado con
flores de montaña y con el texto "Les Parfums sont les Sentiments des
Fleurs" (Los aromas son los sentimientos de las flores). Parte de una
serie de unos 250 dibujos creados especialmente para esta colección por un buen
amigo de Maria Grazia, el artista Pietro Ruffo, inspirándose en el libro de
ilustraciones "De Florum Cultura" de Giovanni Battista Ferrari de
1638.
Las referencia a
Apulia estuvieron presentes en múltiples niveles; como el "tómbolo",
un estilo de encaje creado en el siglo XV, hecho a mano con esmero, utilizando
un boceto de papel atado a un cojín de forma cilíndrica. Pudimos verlo
delicadamente en varios vestidos de noche de malla de paja y vestidos largos con
mariposas de encaje a juego, que conseguían al mismo tiempo un aspecto onírico
y terrenal. Incluso la chaqueta bar se rediseñó con telas de artesanos locales
de la Constantine Foundation.
"El tómbolo me
recuerda dónde nacieron algunas de mis pasiones. Mi abuela hacía tómbolo. Todas
las mujeres que conocía también lo hacían. Pero se veía como una labor
doméstica. Este desfile ayuda a la gente a comprender que se trata de una obra
artística. En Italia aún no valoramos lo suficiente a nuestros artesanos. Son
una gran parte de nuestra cultura", sonreía Chiuri en el prestreno del
desfile en París.
Este desfile de Dior
también marcó el final de una temporada de verano única en Europa, donde casi
todas las colecciones se presentaron de forma online, prácticamente sin modelos
en directo.
Los "Tessuti
Calabrese", una antigua forma de tejido, también estuvieron presentes en
vestidos dramáticos confeccionados con estampados de gráficos renacentistas,
mapas, leones y flores mitológicos. Chiuri jugó con los tradicionales sombreros
de paja hechos a mano, convirtiéndolos en sombreros campana de estilo parisino
con cintas de logotipos. Todo ello
combinado con una presentación de ideas que mostraba una foto de la madre de
Maria Grazia cuando era joven, reflejando la viva imagen de la modista.
También causó
impresión la nueva colección de bisutería, con referencias a colgantes de nudo
de tipo helenístico del siglo III a.C. en Apulia, que en el pasado fue colonia
de la antigua Grecia.
"Cuando visité
Apulia de pequeña, descubrí un pueblo llamado Bovesia donde todavía se hablaba
griego. Lo llaman Griko. Y aún lo hacen. ¡¿Puedes creerlo?!", se
maravillaba Chiuri.
Foto-periodista:GONZALO ESGUERRA P.
corresponsal colombia
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