Louis Vuitton
impone la nueva cultura negra de oficina
Es agradable ver que
por fin alguien se gasta una montón de dinero en crear un vídeo de moda, y es
que Louis Vuitton presentó el jueves durante la Semana de la Moda Masculina de
París un clip elegíaco de su colección que aborda la cultura negra de frente.
Tras muchos esfuerzos
de diseñadores indie de bajo presupuesto, el vídeo de Vuitton comenzaba con
tomas desde el aire de una fortaleza alpina, para luego pasar a una serie de
atractivos patinadores y oficinistas en grandes edificios de oficinas hechos principalmente
de mármol verde. Los trabajadores eran
casi todos negros.
Igual que el telón de
fondo inicial, los estilismos también se elevaron. Para el otoño de 2021, el
diseñador de moda masculina de la casa, Virgil Abloh, quiere que el hombre
Vuitton se ponga abrigos hasta los tobillos, con botones en forma de avión
intercontinental, rematados con imponentes fedoras o sombreros de cowboy,
adornados con cintas anchas de seda.
Su sofisticado líder
trasladaba un maletín de metal plateado con el monograma "empreinte"
al edificio de oficinas tecnológicas. Allí sus colegas se paseaban con abrigos
de los más variados: desde un Crombie gris confeccionado de adentro para fuera
con diseños que imitan la lona clásica; o gabardinas clásicas convertidas en
gabardinas con estampados plateados.
Los looks más
destacados fueron: un traje realizado con plástico transparente y combinado con
un bolso tipo tote de color amarillo brillante en el que se leía "Tourist
V Purist"; o una parka con monograma en lana de fieltro en tono acerado.
Y, sobre todo, una serie de cuadros escoceses utilizados en kilts, chaquetas en
jean y abrigos tipo espía.
Resultaba difícil
entender qué hacía alguien profundamente dormido contra las paredes de mármol
verde, como si estuviera con resaca.
Muchos de los trabajadores llevaban periódicos falsos bajo el brazo, con
titulares evidentes como "¡Extra!
Extra!". mientras el director general daba vueltas por el vestíbulo
recitando nombres de héroes y episodios históricos, desde Ginsburg y Baldwin
hasta Kennedy y Gandhi o Hiroshima y Nagasaki.
Bajo el título
"Ebonics/ Snake Oil/The Black Box/ Mirror, Mirror", el espectáculo
"investiga los prejuicios inconscientes que se han instaurado en nuestra
psique colectiva a través de las normas arcaicas de la sociedad", según
señalaban las notas del espectáculo de Vuitton. Todo ello inspirado en el
ensayo de James Baldwin "El extraño en el pueblo", sobre las
experiencias de un afroamericano que vive en una aldea suiza. El programa de Abloh también incluía una foto
de su abuela materna de nacionalidad ghanesa, una orgullosa señora vestida con
traje tradicional llamada Hellen Adei Ashie. También incluía la siguiente nota
sobre su padre Nee Abloh: "emigró a Rockford, Illinois, en 1971, y allí
fue contratado por una empresa de pintura.
Nee enseñó a su hijo la importancia de no meterse en líos, trabajar duro
y ser constante".
Parece que el consejo dio sus frutos.
Finalmente y una vez
superada la resaca, nuestra alma perdida realizó una danza melodramática a
ritmo de jazz, zigzagueando entre el elenco, antes de regresar a la fortaleza
alpina. De vuelta al edificio,
encontramos aún más fantasía: un suéter de Arán con intarsia de visón o una
chaqueta militar de fieltro rojo y negro con incrustaciones.
Hasta llegar al clímax
con una salida en hora punta, y dos maravillosas chaquetas de fantasía. Una,
una visión tridimensional de una veintena de rascacielos modernos icónicos,
desde el Banco de China en Hong Kong hasta el Empire State Building en Nueva York.
La otra, una colección de edificios parisinos del Renacimiento y de Haussmann,
como la Torre Eiffel, el Centro Pompidou y Notre Dame, a cuya restauración
contribuye la empresa matriz de Vuitton, LVMH, con 100 millones de euros.
Foto-periodista:GONZALO ESGUERRA P.
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