Giorgio
Armani hace su show en Milán
La emoción era
palpable el lunes por la noche en el Palazzo Orsini, sede histórica de Giorgio
Armani. Después de ser el primero en desfilar a puerta cerrada en febrero de
2020, el diseñador italiano finalmente ha reabierto sus puertas al público. En
el corazón de Milán, este palacio del siglo XVII acogió el tercer y último
desfile presencial de la Semana de la Moda masculina de Milán primavera/verano
2022, que finaliza este martes.
“Es aquí, en la Via
Borgonuovo, donde empezó todo. Organizamos los desfiles en el teatro situado en
el sótano. Pero con el éxito, se quedó pequeño y tuvimos que mudarnos”, dijo el
propietario, que para la ocasión hizo las cosas a lo grande.
El gran patio del
edificio se transformó en una pasarela que daba a un jardín verde con césped
bien cortado. Los invitados, elegidos a dedo, incluyendo el alcalde de Milán,
Giuseppe Sala, estaban dispuestos a los lados, ampliamente espaciados, en tres
filas de escalones.
Los modelos llegaban
desde el jardín, moviéndose a lo largo del podio con una clase increíble, ya
fuera con mocasines o zapatillas de playa. Mostraban un andar indiferente en
sus pantalones blancos y chaqueta azul marino. La apariencia es relajada,
incluso detrás de sus gafas negras con pantalones negros y suéter de jacquard.
El estilista se
adentra en esta vena informal muy veraniega, atreviéndose a mostrar bermudas,
oscuras o con grandes estampados geométricos, con mocasines y asociadas a
camisetas y chalecos con micro estampados, también en tonos azules. El traje es
renovado con un espíritu relajado con chaquetas sin cuello y formas suavizadas.
La chaqueta clásica se transforma aquí en una chaqueta vaquera combinada con
pantalones plisados. En otro caso, se cambia por una chaqueta de satén.
El chaleco del traje
de tres piezas, que se lleva pegado a la piel, al igual que algunas chaquetas,
se convierte en el nuevo blazer del próximo verano. Todo es aireado y fluido,
desde conjuntos de seda hasta trajes de lino o algodón arrugado. Los tejidos son
ingrávidos, acariciando el cuerpo en un movimiento perpetuamente libre.
Giorgio Armani logra
encontrar el equilibrio perfecto entre cierta elegancia formal y una ligereza
despreocupada. "El hombre debe nacer y morir con un estilo determinado. En
la mujer, podemos divertirnos, pero en el hombre, ¡no! Con él podemos inventar,
pero no entretenernos", opinó tras el show.
A mitad de camino, la
colección, que también incluye una serie de pequeñas chaquetas y shorts grises,
da un giro de color con bermudas grandes en tonos brillantes (azul royal,
verde, rojo). Más adelante, una camisa de seda fucsia se ve en un conjunto azul
eléctrico. Los suéteres de color bermellón se muestran sobre pantalones negros
plisados. Para la velada, el hombre de Armani entra en acción con una serie de
trajes blancos, tanto elegantes como relajados, algunos con cuello Mao,
mientras que los tres últimos modelos aparecen con una mascarilla a juego con
su look.
"Este mensaje
final es que no debemos bajar la guardia y seguir con cuidado. Podemos volver a
caer en la pesadilla de la pandemia fácilmente", explicó Giorgio Armani
frente a un puñado de periodistas al final del show, mientras se regocijaba en
esta vuelta a las pasarelas presenciales.
"Me encanta
desfilar, ver las telas moverse, es insustituible", se entusiasmó,
admitiendo que los vídeos son útiles "para llegar a un público más amplio
y apoyar la campaña de comunicación".
Por primera vez, el
diseñador vino a saludar al público en la pasarela de la mano de Pantaleo
Dell'Orco, su mano derecha y colaborador desde hace 67 años, responsable de
todas las colecciones masculinas (Giorgio Armani, Emporio Armani y Armani
Exchange).
“Con la edad se ha
vuelto más maduro, pero también más testarudo. Pero es muy fuerte en moda
masculina, así como mi sobrina Silvana lo es en la femenina (la hija de su
hermano Sergio, ndr). Preparo mi futuro con la gente que me rodea”, deslizó el
creador de 86 años, confirmando su deseo de preservar la continuidad de su
imperio, mientras los rumores han estado apostando en los últimos meses por una
potencial fusión con un grupo italiano.
Si invitó a algunos
periodistas después de su show fue porque Giorgio Armani quiso silenciar los
rumores de que estaba enfermo. "Sí, estuve en el hospital, pero debido a
una caída", reveló, levantando la manga de su brazo izquierdo para mostrar
una larga cicatriz.
El estilista se
fracturó el húmero cuando se tropezó al salir del cine y estuvo hospitalizado
durante dos semanas. "Lo cual vino realmente mal con la preparación de los
desfiles masculinos de Milán y el de alta costura en París", concluyó al
despedirse. La sala se vacía lentamente, mientras los asistentes están ocupados
con las máquinas de vapor para desinfectar los espacios y las gradas para el
segundo show.
Foto-periodista:GONZALO ESGUERRA P.
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