Hermès:
Elegancia despreocupada
La despreocupación fue
la clave de esta última colección de Hermès. Una sensación de ligereza y
facilidad se respiraba en este desfile, a pesar de ser presentado bajo un cielo
amenazante.
Las nubes eran tan
oscuras que la casa repartió parkas a prueba de lluvia y grandes paraguas a
todos los invitados que entraban en el patio de la Manufacture des Gobelins, el
famoso fabricante de tapices de la ciudad. Al final, no cayó ni una gota de
lluvia, ya que la ropa evocaba el verano, las terrazas soleadas, los cafés
junto a la playa y las puestas de sol mediterráneas.
"Quería dejar
atrás la ciudad. Y veía piscinas, patrones ondulados, distorsionados cuando se
ven a través del agua, colores chispeantes", sonrió Véronique Nichanian,
diseñadora de menswear de Hermès.
En un movimiento
sorpresa, Nichanian incluso mostró varios mega bolsos Birkin para chicos,
hechos en cuadros de gran tamaño para combinar con las camisas.
Casi no había un traje
a la vista, pero sí una serie de grandes chalecos y chales hechos en nylon,
algodón fino y cuero. Algunos completados con incrustaciones que parecían mini
azulejos. Apenas había trajes, pero sí muchas prendas de punto geniales en
tonos de atardeceres y amaneceres rosados.
Casi todo rematado con
sandalias técnicas para correr por el río, como si tuvieran prisa por darse un
baño antes del aperitivo. Parece una buena idea.
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