Armani Privé:
Es la hora de una gran ovación en París
Giorgio Armani recibió
una gran ovación por su última colección de Alta Costura Armani Privé, y con
razón. Delphine Arnault, descendiente de la familia que controla la gran
corporación del lujo LVMH, y su marido Xavier Niel, aplaudieron con ganas en la
primera fila.
El desfile fue muy
incoherente y la colección necesitaba un cambio importante, pero había algunas
hermosas piezas de moda en esta exhibición.
Presentado en la
famosa sala de conciertos Salle Pleyel, reinventada como una caja de Armani en
negro y beige con mini lámparas de discoteca, el desfile tuvo toda la fantasía
elegante que se espera de Armani Privé.
Al final, el mejor
look fue el blanco del final, una camisa y un chaleco de lentejuelas muy bien
cortados y llevados sobre pantalones de montar de estilo indio. Terminado con
un gorro de lentejuelas brillantes llevado por una chica que lucía hermosa.
Un Armani brillante,
con enterizos azul noche, blazers y sus queridas túnicas en cristales de efecto
degradado; sedas de efecto lacado y mallas de cristal. Looks que dejarían a un
admirador con la boca abierta de asombro.
Alta Moda Italiana,
donde el supremo refinamiento de la silueta se yuxtaponía a menudo con las
deslumbrantes lentejuelas y los cegadores cristales y abalorios en forma de baguette.
Eso sí, fue una
colección errática, con unos 92 looks autocomplacientes y varias rarezas, desde
las crinolinas florales estrujadas hasta el desgarbado top de color rosa lleno
de pétalos de tela.
Sin embargo, dejando a
un lado estas objeciones, Armani hizo lo que mejor sabe hacer: perfección a
medida y lujo luminoso.
Así que, cuando hizo
su prolongado saludo al final, todo el público se puso en pie, incluidos
Delphine y Xavier, para una ovación de dos minutos.
"¿Qué trae
Delphine?", preguntó un crítico local.
"¡Compras para
papá!", bromeó otro sobre madame Arnault, que al parecer se hizo amiga de
Giorgio en unas vacaciones en la isla.
Sea como fuere, lo que
se recordará fue el abrumador aplauso y esta llamativa muestra de respeto a
Armani por parte de la Alta Costura parisina. No es algo fácil de conseguir. En
absoluto.
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