Dior: el modo
Catalina de Médicis
Dior ofreció el martes
un momento barroco, con Maria Grazia Chiuri inspirándose en la única mujer que
gobernó Francia, la italiana Catalina de Médici, pocos días después de que su
Italia natal eligiera a la primera mujer en convertirse en primera ministra.
Una hazaña de moda que
recordaba los "avances" de Médici en Francia, una reina que reforzaba
el poder de la monarquía con espectáculos, bailes opulentos y marchas
majestuosas por todo el país.
La colección se
elaboró en una paleta restringida a blanco, oro y mucho negro. Aunque consiguió
dar a luz a diez hijos, tres de los cuales fueron reyes de Francia, Catalina
estuvo viuda durante 30 años, en los que casi siempre vestía de negro. De ahí
que se la conozca como la Reina Negra.
"Mi idea era
encontrar un terreno común entre Italia y Francia, como suele hacer mi trabajo
en Dior", ha explicado Chiuri, de origen romano y la única mujer que ha
sido directora creativa de esta gran maison francesa.
"Una exposición
sobre Catalina hizo despertar mi imaginación y me hizo pensar en su influencia
sobre Francia y su cultura. Para mí fue la primera persona que comprendió la
importancia de la moda para representar su papel", ha dicho Chiuri,
refiriéndose a una exposición celebrada en 2008 en Florencia en la que se
comparaba a Catalina y María, las dos reinas de Francia de la familia Médici.
Sus ideas se volcaron
en una colección de prêt-à-porter realizada en colaboración con varios
artistas, cada uno de ellos teniendo en cuenta el renacimiento artístico que
Catalina trajo a Francia.
De ahí que Chiuri
trabajara con la artista Eva Jospin, que construyó una impresionante gruta y un
pórtico de cartón reciclado. Su maravilloso elenco desfiló alrededor de la obra
de arte acompañado por una banda sonora de Bjork que transmitía fuertes
emociones a través de su melodía
Las actuaciones de la
compañía de Imre y Marne van Opstal teatralizaron los bailes que Catalina solía
organizar para mostrar su poder y posición de forma elegante.
Aunque todos
reimaginaron a Catalina en materiales mucho más ligeros, de forma que un pichi
de guipur semitransparente iba rematado con una sencilla camiseta de algodón
beige. Chiuri es una apasionada de los mapas antiguos y encontró uno de los
años 50 que ofrecía una vista general de París con la sede de Dior de la
avenida Montaigne en el centro. El mapa se ha convertido en una gabardina
magnífica, en un bonito vestido recortado, un mono y en un nuevo corsé ligero,
uno de los muchos que vimos en esta colección. También hubo multitud de pololos
en un desfile largo, al que quizás le hubiera venido bien una edición más
estricta.
Tras llegar a la corte
francesa en 1533, pasó a gobernar Francia como regente, ya que sus hijos eran
aún demasiado jóvenes, y encargó construir los Jardines de las Tullerías, donde
se celebró el desfile de hoy. Muy pocos de los edificios que encargó Catalina
han sobrevivido, excepto uno, una torre de columnas estriadas construida para
contemplar las estrellas, situada justo detrás de la actual Fundación Pinault.
Catalina se quedó huérfana
cuando tenía un mes y pasó varios años de formación en conventos, donde
aprendió a bordar; una habilidad que llevaría años más tarde a Francia. Y
fueron esos elementos de punto de aguja y los bordados delicados los que
impartieron un refinado sentido de la delicadeza a muchas de las propuestas.
Pero la Catalina de
Chiuri no es una monarca lejana, regia sí, pero a veces también desenfrenada.
Los miriñaques eran de encaje semitransparente y se combinaban tan solo con un
sujetador; las faldas campesinas y grandes blusas eran de estilo hippie con
volantes. Los vestidos de lana eran ligeramente atrevidos, y las braguitas y
sujetadores de seda eran más propias de una viuda atrevida que de una dama de
luto.
La Médici de Dior
desfila con botas punkies con múltiples tiras acabadas con cuerdas de alpinista
o con plataformas de pinchos. A Catalina, de baja estatura, le gustaban las
plataformas. Y, como ya sabemos, las dos versiones de Chiuri harán que las
cajas registradoras no dejen de funcionar en Dior, ya que Maria Grazia cuenta
con una extraordinaria habilidad para combinar clase y comercialización, moda y
mercancía, que no se puede comparar a la de ningún otro diseñador actual.
Apenas vimos un traje
o una chaqueta, algo poco habitual en un desfile de prêt-à-porter. Sin embargo,
al final fue una colección coherente de una diseñadora muy dueña de su destino.
Una mujer romana que conquista la alta costura y la moda en Francia. A la florentina
Catalina seguramente le habría gustado.
Esta temporada, Dior
también ha trabajado con un notable proveedor de jacquard, Tassinari &
Chatel de Lelievre. Fundada en 1680, se convertirá en el proveedor oficial de
las más grandes cortes de Europa, desde el rey Luis XV hasta Napoleón I,
produciendo sublimes creaciones para María Antonieta en Versalles.
Irónicamente, uno de los retratos más célebres de otra reina de la moda, Coco
Chanel, la mayor rival de la casa Dior, es el de ella vestida como De Médicis,
con una túnica negra barroca y una camisa blanca con volantes.
El desfile fue, sin
duda, una reflexión sobre el poder de la moda y el vestido, escenificada solo
48 horas después de que los italianos subieran al poder al primer gobierno de
extrema derecha desde la Segunda Guerra Mundial, y dirigido por una mujer,
Giorgia Meloni.
Cuando Fashion Network
preguntó a Chiuri su opinión sobre Meloni, respondió: “Evidentemente, su
victoria nos ha hecho reflexionar. Pero más que una victoria, creo que es una
derrota de la izquierda. Todavía me deja estupefacta que solo la derecha tenga
mujeres líderes, y que en cambio la izquierda tenga pocas mujeres en este
puesto. Además, personalmente creo en ciertos valores como el derecho al
aborto, los derechos de los homosexuales y el divorcio, y me disgusta mucho que
no haya una mujer con la notoriedad en el otro bando para liderar la lucha por
esos derechos. Muy, muy decepcionada".
Qué opina sobre la
forma de Meloni de expresar poder con su modesta forma de vestir, con vaqueros
y sencillos jerséis de lana.
"No creo que su
look siga ninguna estrategia... Pero también creo que la generación anterior de
mujeres que entraron en política, se vieron obligadas a tomar una decisión casi
totalitaria: tenían que aceptar un código visual que era completamente
masculino. Y yo incluiría a la reina Isabel. Tuvo que pagar un precio para
encarnar su papel visualmente", filosofó para concluir el preestreno del
desfile.
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