Alexander McQueen, un
desorden medieval
La diseñadora Sarah Burton buscó su inspiración para esta
temporada en los paisajes paganos de la Inglaterra medieval, pero los
resultados se asemejaron más a la novia de un pirata del Caribe.
El espectáculo inició por todo lo alto con un puñado de
tramoyistas que retiraron una serie de cortinas para revelar completamente una
pasarela de antracita pegajosa. Sobre ella desfilaron jóvenes modelos en
vestidos rígidos de cuero negro, muchos de ellos decorados con hilo rojo.
Burton también presentó una serie de pesados vestidos de punto con volantes
dignos de una camarera en una cervecería durante Oktoberfest.
La casa también presentó una nueva línea de bolsos, en la
que los cordones y ojales extravagantes tuvieron mucho más sentido que al ser
usados en las prendas de la colección.
Al conversar con los compradores de las principales tiendas
departamentales antes del show, estos subrayaron sus preocupaciones sobre la
dirección del diseño de la casa. Todos aplauden la belleza frecuente de la
imaginación de Sarah Burton. Sin embargo, el producto ha sido difícil de vender
en los últimos años, debido al uso de telas demasiado rígidas, la presencia
exagerada de encaje y un precio de venta bastante elevado. Después de ver el desfile,
es fácil comprender su preocupación.
Dicho esto, una serie de ocho vestidos de tul hasta el piso
al final del desfile fueron realmente hermosos, terminados en tela de retales
con costuras en satín y motivos de flora medieval o bordados con viejas
ilustraciones de alquimia, como un espectacular recordatorio del enorme talento
de Burton. Sin embargo, no fueron suficientes para salvar la colección de
otoño, la menos distinguida que hemos visto de esta casa.
Foto-periodista:GONZALO ESGUERRA P.
corresponsal colombia
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