Louis
Vuitton: Campos de sueños
Varias banderas de
Louis Vuitton, al estilo toscano, abrieron el último desfile de moda masculina
de la marca, a la que se unió la banda Florida A&M Marching 100, que tocó
en un "parque de juegos gigante", en la Cour Carrée del Louvre.
Escenario perfecto
para conseguir unas fotos brillantes y dar pie a un montón de publicaciones en
las redes sociales para una línea que ahora es tanto un fenómeno de Instagram
como una declaración de moda. Algo que no está nada mal, aunque las propuestas
luchan unas con otras por conseguir la atención.
Lo que también está
claro es que la autoridad del antiguo director creativo de la colección, el
difunto Virgil Abloh, sigue estando muy presente en la ropa masculina. El
comentario del director general de Vuitton, Michael Burke, de que el ADN de
Virgil Abloh podía encontrarse en su iPhone y en las ideas que compartía por
WhatsApp con su equipo, ha resultado ser muy clarividente.
Bernard Arnault,
director general de LVMH y mecenas de Vuitton, siempre ha adorado los grandes
desfiles, y este fue bastante grande. Contó con una pasarela amarilla del
tamaño de la rampa de un aparcamiento que se elevaba hasta las ventanas del
tercer piso del Louvre, para caer en picado hasta su ala occidental.
Cuando la banda salió,
la música era una mezcla entre el hip-hop y la leyenda del free jazz Sun Ra y,
a juzgar por la primera fila, los amantes del hip-hop son la clientela clave de
la colección. Aunque las prendas estaban aderezadas con el bálsamo del
romanticismo francés, con un brillante cuarteto final de trajes y abrigos,
confeccionados con estampados y bordados de flores silvestres, como cardos y
flores estivales.
Eso sí, la mayoría de
los pantalones eran extragrandes e incluían estampados de monogramas; además,
se combinaron chaquetas de lana de oveja muy amplias y mangas de punto, llenas
de bordados con el emblema de LV.
Las cazadoras de cuero
de Vuitton con múltiples bolsillos se llevaban con pantalones cortos y, como
toque genial, pantalones cortos por debajo de la rodilla con el logotipo
rematados con sólidas botas. Todo ello, acompañado de una americana mostaza y
una camisa de seda y coronado con un sombrero de origami. Las cazadoras de
obrero y los monos de almacén más brillantes, pero con un toque de lujo,
también tuvieron su lugar. Igualmente, vimos un sinfín de vaqueros con
monogramas arcoíris y flores de ganchillo con monogramas.
Como prueba del poder
de Vuitton, en su primera fila estaban Justin Timberlake, Jessica Biel, J
Balvin, Omar Sy, Naomi Campbell, Edgar Ramírez, Samuel Umtiti, Joel Edgerton,
Russell Westbrook, Victor Cruz, Headie One, Dan Carter, Shai Alexander y Lucas
Jagger.
Se añade a la mezcla
un poco de sastrería elegante, con abrigos y gabardina de lana en color violeta
y azul, para las entregas de premios. En la moda masculina de Vuitton,
demasiado nunca es suficiente.
Gran parte de los
tejidos de la colección procedían de excedentes, "creados para
desprogramar (sic) nuestras mentes de las imágenes de obsolescencia que llevan
a la sobrecarga, la sobreproducción y el despilfarro", rezaba el programa
del desfile.
La influencia de
Virgil se extendió al formato de un cuaderno de la colección con sus
explicaciones detalladas sobre la banda sonora, la influencia y la ideología.
No está nada mal, ya que se trata de una declaración de moda poderosa y
contundente. Demostrando que su influencia perdura en LV.
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