Chloé: Gracia
parisina
Una de las pruebas
para detectar el verdadero talento de un diseñador es su capacidad de separar
la estética de su propia marca de la de su trabajo de noche, un examen que
Gabriela Hearst superó este jueves en París.
Si su firma es una
mezcla audaz de desinhibición latinoamericana y modernidad urbana, su propuesta
para Chloé ha destacado por la gracia y la elegancia parisinas.
El desfile se celebró
en el oscuro Pabellón Vendome, cerca del Ritz, y se abrió con una floritura
arty de haces de luz y aros led suspendidos para crear un ambiente nocturno
picante.
El desfile comenzó con
una serie de vestidos en punto de arán en blanco o negro con aberturas y mucho
descaro. Gigi Hadid desfiló con un vestido de fiesta de punto de cota de malla
plateado que auguraba problemas. El pelo de las modelos iba suelto hacia atrás,
en una actitud de valquiria de fiesta.
Gabriela también es
una diseñadora que sabe cómo utilizar el cuero, y lo demostró con unos
pantalones acampanados maravillosos de cuero en color crudo, con laterales
adornados con ojales grandes, y vestidos de piel de ciervo muy elegantes con
mangas de murciélago exageradas.
Hearst tampoco se
queda atrás en lo que respecta a los accesorios, ya sea para el garbo
editorial, con sacos tejidos con lazos, que parecían nudos gigantescos, o para
el comercial, con bolsos tote estupendos de rayas marineras. Por otro lado, el
nuevo calzado de Chloé, que incluye desde sandalias con tachuelas y suela
gruesa hasta plataformas plateadas con tiras tubulares, serán éxitos seguros.
Chloé, que es
propiedad del gigante de lujo suizo Richemont, ha tenido una trayectoria muy
accidentada en los últimos años, pero bajo la dirección de Hearst ha vuelto a
encontrar la dirección y el impulso.
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